HEREJÍAS MEDIEVALES:
Las herejías son otro de los
grandes fenómenos de la mentalidad medieval, habrá muchos clérigos que se
cuestionen los principales principios religiosos, la iglesia se encargará de
llevar al pueblo una respuesta teológica, que es inquebrantable
Prácticamente desde el
comienzo de la comunidad cristiana han existido las herejías, en Bizancio en el
siglo III y IV d.C. ya se desarrollaron movimientos iconoclastas. Muchas nuevas
ideas, o formas de ver y sentir la religión llegarán a la masa popular a través
de predicadores. Muchos de ellos coinciden en la defensa evangélica de la
pobreza, critican el lujo y la ostentación de los altos cargos de la iglesia.
Por lo general se intenta defender un modelo espiritual más participativo, y
una interpretación más flexible de los evangelios. Se reinterpretan textos como
el apocalipsis de Juan buscando significados más ocultos, en relación a la
llegada del año 1000.
Algunos de estos movimientos
heréticos se han interpretado como movimientos sociales, a través de la revuelta,
es decir la protesta de los más desfavorecidos se junta con la religión, se
critica el poder de la Iglesia( obispos, abades, que se desentienden de su
función y se comportan como ricos hombres laicos), y se buscará una vuelta a la
iglesia primitiva, más participativa y sin diferencias. Se tendrá el anhelo de
construir una sociedad más justa. A finales de la alta edad media, se pedirá
que se utilicen las lenguas vernáculas y no el latín, puesto que se
desconoce.
La expansión económica que el
occidente experimentó a partir del año 1000 y que alcanzará su ápice en el
siglo XIII, repartirá sus frutos de manera muy desigual. Se potenciará el
nacimiento de una burguesía mercantil y artesanal, y también se creará una masa
de desheredados. Invocar la pobreza como forma de retornar al cristianismo
primitivo no era algo que la alta jerarquía eclesiástica viera con malos ojos,
muchos monjes se consideraban los pauperes cristi, aunque fuera de una manera mística. La figura del
eremita no fue excepcional. El pontificado admitía la pobreza cuando era a
nivel personal, por ejemplo todos estos eremitas, que sirven para continuar
acentuando la importancia del estado clerical. Los recelos comenzarán
cuando esa pobreza, se convertían en un medio de regeneración para el conjunto
de la sociedad, y sobre todo cuando algunos laicos, se convertían en hombres
piadosos, que se atrevían a hablar de temas teológicos, e incluso de la
propia Iglesia católica. Esto ocurrirá con Pedro Valdo, que hará una rígida
aplicación del pasaje evangélico de Mateo 19.21.
Pedro Valdo (herejía
valdenses, los pobres de Lyon) 1140?-1217.
Pertenece a una familia
acomodada, pero tras la muerte de un joven amigo, decide cambiar su trabajo y
dedicarse a la predicación. Repartirá sus bienes ente los pobres, hará
que se traduzca la Biblia del latín a su lengua romance, para que los pobres
puedan entender la palabra de dios. Hará una dura crítica a la Iglesia
católica, y los valdenses terminarán por proclamarse independientes de esta
doctrina. Se dedicarán a la caridad, se oponen a la pena de muerte, y lo hacen
con argumentos teológicos, la vida solo corresponde a dios. Se oponen al
purgatorio, al culto a las imágenes.
Será en el 1184 (en el
concilio de Verona) cuando se les proclame herejes, y deberán abandonar Lyon.
Se extenderán por Francia, Europa central, España, Italia…
Los valdenses, llegaron a
España y se establecieron especialmente en las provincias del Norte. El hecho
de que dos concilios y tres reyes se hayan ocupado de expulsarlos, demuestra
que su número tenía que ser considerable. El clero era impotente para detener
el avance, y alarmado, pidió al papa Celestino III que tomase medidas
en contra del movimiento. El papa entonces mandó un legado, en el año 1194,
quien convocó una asamblea de prelados y nobles, la cual se reunió en Lérida,
asistiendo personalmente el mismo rey Alfonso II. Allí se confirmaron
los decretos papales contra los herejes, y se promulgó otro nuevo concebido en
estos términos:
"Ordenamos a todo
valdense que, en vista de que están excomulgados de la santa iglesia, enemigos
declarados de este reino, tienen que abandonarlo, e igualmente a los demás
estados de nuestros dominios. En virtud de esta orden, cualquiera que desde hoy
se permita recibir en su casa a los susodichos valdenses, asistir a sus
perniciosos discursos, proporcionarles alimentos, atraerá por esto la
indignación de Dios todopoderoso y la nuestra; sus bienes serán confiscados sin
apelación, y será castigado como culpable del delito de lesa majestad... Además
cualquier noble o plebeyo que encuentre dentro de nuestros estados a uno de
estos miserables, sepa que si los ultraja, los maltrata y los persigue, no hará
con esto nada que no nos sea agradable".
Este terrible decreto fue
renovado tres años después en el Concilio de Gerona, por Pedro II, quien
lo hizo firmar por todos los gobernadores y jueces del reino. Desde entonces la
persecución se hizo sentir con violencia, y en una sola ejecución, 114
valdenses fueron quemados vivos. Muchos, sin embargo, lograron esconderse y
seguir secretamente la obra de Dios en el reino de León, en Vizcaya, y en
Cataluña. Eran muy estimados por el pueblo a causa de la vida y costumbres
austeras que llevaban, y hasta se menciona al obispo de Huesca, uno de los más
notables prelados de Aragón, como protector decidido de los perseguidos
valdenses.
Hoguera con herejes valdenses.
Herejía cátara o
albigense:
Fue una herejía más duradera
y más extensa que la herejía valdense, sus orígenes son confusos, los primeros
círculos de cátaros, surgieron al norte, en Renania, Champaña, y en el 1170 es
cuando se funda una de las primeras ciudades cataras en Albi. Hacia el sur del
Languedoc todos los territorios se verán influidos por las doctrinas cataras.
Juantan algunas doctrinas
propias, con las ideas de otra herejía, la de los bogomilos de Bizancio, alumbrarían algunas ideas como el maniqueísmo, en este
mundo hay dos fuerzas: el bien y el mal. Dos fuerzas que se encarnan en los
material (EL MAL) y en la forma del espíritu (El BIEN). Los cataros, querrán
situarse al lado del bien, rechazando la creencia de la resurrección de la
carne, de la transustanciación. Se oponen a la muerte, es pecado matar a
cualquier persona, e incluso a cualquier animal. Rechazan la posesión de
riquezas. Los cataros solo creen en un sacramento: EL CONSOLAMENTUM , el
consuelo que se recibe al dejar este mundo. Puesto que el mundo de lo material,
es el dominado por el mal. La doctrina catará se expanderá por Francia, Italia
y Cataluña, e incluso algunos poderes feudales les apoyarán, como es el caso
del conde de Foix, al norte de Lerida. La Iglesia una vez más, vera
atacado su poder en la cuestión de la fe cristiana, y cuando vea, que sus
clérigos, no son capaces de reconvertir a los cataros a través de la
palabra, su manera de atajar el problema, será con la fuerza, a través de
la cruzada interna de la cristiandad, será Inocencio III en el 1208 quien
promueva esta guerra. El caudillo militar de la Iglesia de Roma, Simón de
Monfort, realizará grandes matanzas, como sucederá en la ciudad de Bezies,
donde asesinará a 30.000 personas.
Inocencio III
Cruzados cátaros, el poder vuelve a mezclarse con la religión
Herejia de las beguinas y los
begardos:
Buscan una vida dedicada a la
pobreza y a la caridad, con el objetivo de construir una vivencia espiritual
propia que conduzca a dios. Es de condición ascética. Hay mujeres que predican,
que escriben, leen, comentan textos sagrados, que será la avanzadilla que está
indicando que algo está cambiando en la Edad media.
Las beguinas Organizaban la
ayuda a los pobres y a los enfermos en los hospitales, o a los leprosos.
Trabajaban para mantenerse y eran libres de dejar la asociación en cualquier
momento. No había casa-madre, como así tampoco una regla común, ni una orden
general; sino que cerca de los hospitales o de las iglesias donde establecían
sus viviendas en sencillas habitaciones donde podían orar y hacer trabajos
manuales, cada comunidad o beguinage, estaba completa en sí misma, y
organizaba sus propia forma de vida con el propósito de orar y servir como
Cristo en su pobreza.
Grupo de beguinas asistiendo
a una mujer
Una carta
de 1065 menciona la existencia de una institución similar al
beguinaje de Vilvoorde en Bélgica. Desde la región
de Lieja el movimiento se difundió desde el siglo
XII rápidamente por Holanda, Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y Austria.
Algunos beguinages, como los de Gante y Colonia llegaron a contar
con miles de integrantes. El extenso renacimiento religioso que originaron los
beguinages, también trajo sociedades similares para los hombres, los begardos.
La beguina mística más famosa
es sin duda Hadewych de Amberes (hacia 1240), autora de varias
obras en poesía y en prosa. En Amar el Amor escribió:
Hadewych de Amberes
En Alemania aparece como
cumbre de la mística del amor Matilde de Magdeburgo (1207-1282), con
su escrito La luz que fluye de la divinidad. Mal vista por la jerarquía
eclesiástica tuvo que buscar refugio en el convento de Helfta.
Matilde de Magdeburgo
Como escritoras, las beguinas
encontraron el obstáculo de ser laicas y mujeres, pero alegaron el mandato de
la inspiración divina. En este sentido, las beguinas rivalizaron con el poder
eclesiástico y su patriarcal, al considerar la experiencia religiosa como una
relación inmediata con Dios, que ellas podían expresar con voz propia sin tener
que recurrir a la interpretación eclesiástica de la palabra divina.
Entre las beguinas más
ilustres vale la pena recordar a María de Oignies, a Lutgarda de Tongeren,
a Juliana de Lieja y a Beatriz de Nazaret, autora de Los siete grados del
Amor.
Se considera que las
beguinas, junto con los trovadores y Minnesänger, fundaron la
lengua literaria flamenca, francesa y alemana. Participaban
en la apertura del saber teológico a los laicos, arrancándolo
del latín clerical y vertiéndolo a las lenguas vulgares. La
traducción de obras del místico alemán Johannes Eckhart y la
divulgación de su propia obra le costó la hoguera
en 1310 a Margarita Porete, autora de El Espejo de las
Almas Simples que dice:
"Teólogos y otros clérigos /
no tendréis el entendimiento / por claro que sea vuestro ingenio / a no ser que
procedáis humildemente / y que amor y fe juntas / os hagan superar la razón,
/pues son ellas las damas de la casa."
La condena de Margarita
fortaleció a los enemigos de las beguinas y a instancias
del Papa Clemente V fueron condenadas por el Concilio de Viena
en 1312, que decretó que "su modo de vida debe ser prohibido
definitivamente y excluido de la Iglesia de Dios"; pero esta sentencia fue
mitigada por Juan XXII en 1321, quien permitió que las beguinas
continuaran con su estilo de vida, ya que "habían enmendado sus
formas".
Margarita Porete, como otras
mujeres terminará en la hoguera por no aceptar las proclamas de la
Iglesia.
Posteriormente las
autoridades eclesiásticas tuvieron frecuentes roces con las beguinas y
begardos. Durante el siglo XIV los obispos alemanes y la inquisición condenaron
a los begardos y varias Bulas se emitieron para someterlos a la
disciplina papal.
El 7 de octubre de 1452 una
Bula del papa Nicolás V fomentó el ingreso de las beguinas a la
orden carmelita. Para colmo, Carlos el temerario, duque de Borgoña,
decretó en 1470 que gran parte de los bienes de las beguinas pasaran
a manos de las carmelitas. De una u otra forma se presionó a las beguinas a
ingresar a una comunidad de monjas o a disolverse. En el siglo XVI la
desconfianza en las beguinas creció, pues fue frecuente que se unieran a
la Reforma, especialmente al anabaptismo.
En el siglo
XVIII más medidas se tomaron para refrenar a las beguinas. Sin embargo,
aún había beguinas en Bélgica en el siglo XX.
CRUZADAS POPULAR O CRUZADA DE
LOS POBRES:
Las cruzadas serán una
operación puesta en marcha por el papado a partir de 1095, se hablará de
alcanzar la Jerusalén terrenal como medio de alcanzar la Jerusalén celestial.
Una suerte de estado de ánimo donde la cristiandad pudiera alcanzar su
salvación plena.
Los mitos populares y
mesiánicos también llegarán al populacho, no habrá una sola forma de entender
la cruzada. Como tampoco hubo una sola manera de entender las reformas de la
iglesia.
Pedro el Ermitaño y Gautier el
indigente, recorrieron los burgos y los campos de Italia y
Francia predicando la cruzada a los humildes. Según se dice, era un
hombre de pequeña talla, de faz enjuta, larga barba y ojos negros llenos de
pasión; su sencilla túnica de lana y las sandalias le daban un aspecto de
auténtico asceta. Las multitudes le veneraban como si fuera un santo y se
consideraban felices si podían besar o tocar sus vestidos. Reunió una
abigarrada muchedumbre de 100.000 personas, entre hombres, mujeres y niños.
La mayoría carecía de armas,
otros se habían llevado las herramientas, enseres de la casa y ganados, como si
se tratara de un corto viaje. Atravesaron Alemania, Hungria y los
Balcanes, creyendo siempre que la ciudad próxima sería ya Jerusalen. Saqueaban
las aldeas y robaban el ganado por el camino para alimentarse, por lo que los
gobernantes de las regiones por las que pasaban se vieron obligadas a darles
suministros o a usar la fuerza para librarse de ellos. En algunas ciudades
atacaron a los judíos y sus propiedades. Llegaron a Constantinopla donde el
emperador griego Alejo I, les facilitó buques para el paso
del Bósforo. A principio de agosto atravesaron el estrecho y prosiguieron
su descontrolado avance. Alejo I había aconsejado a Pedro el Ermitaño que
acampara y esperara a los otros cruzados que provenían del resto de Europa,
pero los lugartenientes de Pedro se impacientaron y decidieron seguir la
travesía, animados por los botines que conseguían en el camino. Marcharon hacia
Nicea con un "ejército" de unos 20.000 integrantes.
Pedro el Ermitaño
En Nicea fueron
emboscados y aniquilados por lo turcos selyúcidas en1096. Pedro el
Ermitaño y un reducido número de supervivientes regresaron a Constantinopla,
donde esperaron la llegada de los caballeros cruzados. Esta otra expedición,
respuesta a la misma convocatoria del papa Urbano II, pero organizada desde el
punto de vista militar y social por la nobleza de varias monarquías europeas,
recibe el nombre de Cruzada de los príncipes y es la que la historiografía
suele denominar habitualmente como Primera Cruzada.
La Cruzada
Infantil o Cruzada de los Niños
Es el nombre de un
conjunto de acontecimientos ficticios y reales sucedidos en 1212, la cual se
sucedió tras la Cuarta Cruzada, que algunos historiadores integran como
sucesos posteriores de ésta, sucesos que combinan algunos o todos de los
siguientes elementos: visiones de un muchacho alemán o francés, la intención de
convertir pacíficamente musulmanes a la cristiandad, niños que marchan hacia el
sur de Italia y la venta de niños
como esclavos. Existen muchos testimonios contradictorios y los hechos reales
son aún objeto de debate entre los historiadores.
FIN...
Quiero volver a agradecer una
vez más a los amigos que hicimos en Covarrubias (Burgos), por lo bien que nos
trataron, por todo lo que nos enseñaron y por su gran amor al mundo medieval,
cuando tuvimos el placer de poder dar esta pequeña conferencia. ¡¡¡ Fue para
nosotros un verdadero placer !!!
¡¡¡ Muchas gracias !!! y siempre seguimos con ganas de aprender...